Una crítica simplista al Manifiesto “No es verdad”


Manuel - Posted on 09 June 2009

En estos días hemos accedido a una opinión más sobre el Manifiesto “No es verdad”. La firma  Daniel López Marijuán  en   http://www.aso-apia.org/pdf/prensa/antimanifiesto.pdf y me ha sorprendido por venir de quien viene. Tal vez sería interesante contestar de manera pormenorizada pero sólo me detendré en aquellas cuestiones que más me han “sublevado”. Seguro que otros-as compañeros se animan también al debate.

 

Estimado Daniel:

Me ha sorprendido que te extrañe que organizaciones como Ecologistas en Acción o CGT (pertenezco a ambas) firmen el manifiesto “No es verdad”. Nuestro planteamiento (también formo parte del grupo Tajuña de Madrid de la RedIRES) es claramente radical, ubicado en una izquierda avanzada que huye de esteriotipos e intenta ir al fondo de las cuestiones, como se explicita en los 10 principios finales del Manifiesto.

Y me sigue sorprendiendo también que docentes, desde posiciones ideológicas de izquierda, consideren a la pedagogía y la psicología culpables de no sé que “dogmatismo pedagógico”. Las aportaciones positivas que la investigación pedagógica y psicológica han hecho a la escuela  son indiscutibles. ¿Es que se puede negar la valía a autores como Ferrer i Guardia, Piaget, Vygosky, Gardner, Stenhouse, Elliot, Chomsky, ... y, entre nosotros, a Gimeno Sacristán, Riviere, E. Ferreiro o a  J.L. Pozo?. Y sólo por citar a algunos de los más conocidos. Que el profesorado actual (he trabajado en E. Especial, Infantil, Primaria y, ahora, en Secundaria) necesita una formación psicopedagógica y didáctica sólida es innegable. Más aún en la ESO donde los adolescentes, más que contenidos académicos, necesitan ser orientados hacia objetivos que hablen de participación, educación socioemocional, actitud crítica, motivación, valor del esfuerzo personal, trabajo en grupos cooperativos, reflexión e investigación sobre problemas sociales relevantes, estrategias de búsqueda y selección de contenidos, etc. 

Creo que tenemos que ser rigurosos y no dejarnos llevar por una moda antipedagógica que los defensores del academicismo y el sector más resistente a los cambios del profesorado, pretenden difundir con un discurso simplista e interesado. “No es verdad” es una respuesta a esta moda desde la experiencia, la coherencia y desde la concepción y la práctica de un modelo didáctico, por supuesto constructivista, pero también alternativo, crítico e investigativo que reconoce y se ubica en la complejidad del aula en donde las relaciones entre los saberes y los poderes de alumnado y profesorado se tejen cada día.

Estoy seguro, Daniel, porque te he leído, que compartimos esta visión de las cosas. Tal vez hubiésemos necesitado más espacio que una página de El País o El Público para exponer bien  el Manifiesto (la publicada es una versión reducida, la completa puedes leerla en nuestra web) y por eso creo que has interpretado erróneamente nuestros puntos de vista. 

Saludos.  

Manuel García Orellana

En mi opinión, la respuesta de Daniel (de Cádiz) a los comentarios que se le han hecho llegar sobre el contenido y estilo de su antimanifiesto no parecen reflejar un deseo especial de continuar con la discusión ni de entrar en el análisis de contenidos concretos del Manifiesto “No es Verdad”. Es mi visión, claro. En todo caso, creo que estos debates nos han situado en un terreno estimulante para revisar nuestras posiciones y también para entender cómo se nos ve a veces por parte de otros colectivos que se proclaman con visiones progresistas -y que se dicen "críticas"- sobre la educación. En definitiva, nos permite ir acotando temáticas y templando razonamientos que nos permitan –siguiendo con la improvisada metáfora que he utilizado en algunos correos- desenredar la pringosa madeja de las confusiones interesadas… aunque nos pringuemos un poco nosotros mismos en el intento.

En ese sentido, José Antonio Pineda nos recordaba, escueta y acertadamente: “Es curioso el fenómeno anti-logse, anti-constructivismo, anti-pegadogismo, etc. Es como oponerse a un fantasma, porque nada de esto ha entrado en las aulas. Todo se ha quedado en las intenciones y en los papeles”.

Pues sí, efectivamente -le respondía yo-, así es: nada de eso ha entrado en la realidad educativa, pero la realidad no es como es, sino como cada uno la vive, y, además, si esa vivencia ocurre en un contexto colectivo -en vez de a escala individual- y termina cristalizando como “cultura”, entonces ya “apaga y vámonos”, porque ese cambio "cultural" gestado rápidamente en unas décadas, en un caldo de cultivo propicio, probablemente tardará generaciones en revertir, es decir, en evolucionar a la inversa. Pero, de todas formas, ahí creo que tenemos que situar nuestros esfuerzos de análisis y de intervención.

 En esa línea –y pasando a la necesaria clave cuasiirónica-, estoy preparando estos días -en plan conductista- la Lección 1ª (o Lección A):

    Repita conmigo:

    apartado 1.1
    : donde dice "LOGSE", diga, por favor, extensión de la educación obligatoria y "común" a los 16 años y posibilidad de pasar de curso con algunos suspensos (es decir el "desastre" de que todo el mundo esté escolarizado, en vez de que muchos estén trabajando o en la FP desde los 14 años);

    apartado 1.2

    : donde dice "constructivismo", diga, por favor, palabrería vacía, hacer un examen inicial (en vez de tener en cuenta las concepciones), perder tiempo descubriendo los errores de los alumnos para contarles luego la verdad verdadera, etc.;

    apartado 1.3
    : donde dice "pedagogismo", diga, por favor, burocracia absurda, rellenar programaciones (perdón, imprimir el archivo de la editorial correspondiente) alejadas de la realidad de lo que se va a enseñar, dar en la evaluación, en vez de una nota, tres notas, para contenidos, procedimientos y actitudes (y en donde, por ejemplo, la nota de contenidos responde a si los alumnos han memorizado una definición y la nota de actitudes responde a si se han portado bien...).

 

Y así sucesivamente, hasta que las cosas vayan nombrándose por su nombre ¿no?. Y mañana venga a por la "B", como decía el chiste clásico [guiño políticamente incorrecto].

 

Aunque no estoy seguro de que el tratamiento sirva, la verdad es que debería servirles a quienes les tiene que servir, que, supongo, creen más en el conductismo, en el que se inspiran estas mis apócrifas lecciones, que en la perspectiva constructivista.

Paco García

Daniel ha contestado al correo electónico en el que le enviamos nuestros primeros comentarios. Con su permiso, subo aquí la respuesta:
 
 
 
Sólo tres matizaciones a vuestros meditados y sensatos escritos:
Sigo defendiendo que Ecologistas en Acción, organización que persigue la transformación ambiental y social de nuestro mundo, no debiera alinearse con doctrinas pedagógicas por mucho predicamento que arrastren , como es el caso del constructivismo en materia psicopedagógica.
 
Sin detenerme en la mayor  o menor robustez epistemológica de esta ciencia social, el caso es que ha sido tan manipulada por los ideólogos que han dirigido el proceso de cambios legales educativos (LOGSE, LOCE, LOE, LEA,...), que muchos pensamos que se esgrime como ariete para desactivar las voces que repudian el esperpento educativo actual. Cuando los medios (la manera de aprender y enseñar) se transforman en fines, el fetichismo y la absolutización son el nuevo dogmatismo.
 
Si el manifiesto se ciñera a denunciar el predominio de la enseñanza privada, la renuncia a la secularización y la creciente desvalorización de la enseñanza pública, las firmas de E en A y de CGT no sólo hubieran sido legítimas sino necesarias. Al abrazar una doctrina psicopedagógica determinada, estas firmas están de más.
 
Creo firmemente que el gobierno central y muchos de los autonómicos están manipulando esta fraseología transformadora que podemos llamar "logsiana" para entendernos, como un mero ropaje reformista que intenta ocultar el fracaso educativo presente.
 
Al ser una medicina cuyo rechazo es ya imposible de ocultar, no es más de lo mismo lo que necesitamos, sino un verdadero revulsivo que ponga a cada uno en el desempeño de sus obligaciones: la Administración, los profesores, los alumnos, los padres y las organizaciones sociales.
 
Por supuesto que no son las leyes reformistas las únicas causantes del desaguisado, pero también es verdad que en vez de corregir (o al menos reducir) los males de una enseñanza que hace aguas por todos los lados ( mayor desigualdad, mayor desmotivación, mayor ignorancia,..), los ha agudizado.
 
Si el emperador va desnudo, la 1ª misión de los activistas sociales es señalarlo y luego desplegar los medios para derrocarlo. Lo que yo critico de los "constructivistas" es que renuncian a reconocer la realidad y todo lo más dan explicaciones de psicología social o de resistencia al cambio, en vez de precisar que los remedios que se nos ofrecen para el fracaso escolar son vueltas de tuerca sobre lo mismo.
 
Me provoca irritación que jueguen a estar en el mismo bando los culpables del desmoronamiento educativo que estólidamente estamos presenciando, cuando son ellos con su sectarismo, su ceguera y su manipulación quienes han llevado a la educación en todo el estado español a un auténtico callejón sin  salida.
El hecho de que coincidamos en la crítica (que no en las soluciones) con los defensores de la enseñanza tradicional, no debiera servir de amordazamiento.Tampoco el hecho de que las alternativas para dar salida al desastre educativo sean seminales y poco perfiladas.
 
No es un problema de "falta de medios", de "incomprensión", de "mala aplicación" o de "resistencia a las transformaciones", como de manera tópica se nos viene repitiendo, sino de que el modelo es inservible y todas las formas de intentar legitimarlo se han revelado como una impostura. Por eso muchos no nos resignamos y no nos  callamos.

Estimado compañero Daniel: En espera de que nuestras aportaciones puedan contribuir a un debate más sosegado, cuelgo también aquí la mía, que, aunque adopte cierta apariencia de debate "cuerpo a cuerpo", en el fondo no pretende más que buscar respuestas a integrrogantes,q ue en el fondo, supongo, nos laceran a todos.

Te confieso, antes que nada, que no acabo de entender por qué te sientes "atacado" por el Manifiesto “No es Verdad”; si eres como dices ser y actúas como dices actuar, ¿en qué te agrede el Manifiesto? No consigo entenderlo, y, al igual que nos ha pasado recientemente con otro antimanifiesto, del Colectivo Baltasar Gracián, tengo que leer este tipo de alegatos varias veces para comprender que se están refiriendo ¡¡¡¡a nosotros!!!  Si pudieseis superar ese pequeño sesgo de identificar LOGSE-pedagogía (sin más matices)-constructivismo (sin más matices)-Mercado-Etc. (y otros nueve sesgos del mismo tipo: véase en Rebelión: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=86562), a lo mejor podríamos -deberíamos- sentarnos y empezar a discutir idea por idea, párrafo por párrafo con racionalidad y ganas de estar en el mismo bando. Así lo ha hecho, imperturbable, Fernando Ballenilla respondiendo al Colectivo Baltasar Gracián (y antes a otro colega, Roca Jusmet): http://www.rebelion.org/noticia.php?id=86036; en este último enlace, al final, se recogen otros enlaces en que se ha debatido del tema. Lo que pasa es que resulta complicado ponerse en actitud de leer lo que otros escriben (parece una obviedad, pero como nos hemos educado tan escasamente en la empatía, ya antes de empezar a leer estamos preparando nuestras baterías para lo que aparezca en esas nuevas líneas).

Al comprobar –por los datos que aportas sobre ti- que tal vez tengamos una trayectoria profesional guiada por parecidas ideas –he sido 20 años profesor de instituto de Geografía e Historia, 3 años estuve a medias entre el instituto y la universidad, 10 años llevo ahora en la universidad, con la misma intención que todos los demás años: trabajar por mejorar la enseñanza, directamente y ayudando en la formación de profesores;y además estoy segurod e haber coincidido contigo en jornadas y encuentros de Educación Ambiental, como,q uizás, en la preparación de la Estrategia Andaluza de Educación Ambiental-, me atrevo a intentar responderte párrafo por párrafo, como me hubiera gustado que hubieras respondido al texto de nuestro Manifiesto.

- Un previo sin mayor importancia: “El ‘Manifiesto pedagógico no es verdad’ que ha publicado “El País”. Perdón: que ha aparecido como publicidad pagada en El País (El País lleva “publicando” ideas de tipo antimanifiesto desde hace varios años).

- Empiezas fuerte: “Las reformas educativas emprendidas en los últimos años a partir de la LOGSE no solamente han sido incapaces de superar el modelo de enseñanza tradicional, sino que han ahondado la brecha cultural entre la enseñanza pública y la privada, privilegiando indecorosamente a esta última, y se han arropado de una coraza pseudopedagógica que ha imposibilitado una crítica racional a los desmanes reformistas”. Bueno, vamos por partes; aquí se habla por lo menos de tres cosas; ¿por qué mezclarlas?:

1ª. “Las reformas educativas emprendidas en los últimos años a partir de la LOGSE no solamente han sido incapaces de superar el modelo de enseñanza tradicional…”. Totalmente de acuerdo; ¿hemos dicho lo contrario? Ahora bien, es necesario analizar por qué esa reforma –ese tipo de reformas, como está más que estudiado- no ha conseguido transformar la cultura escolar tradicional.    

2ª.  “…sino que [además] han ahondado la brecha cultural entre la enseñanza pública y la privada, privilegiando indecorosamente a esta última”.Totalmente de acuerdo en lo del ahondamiento de la brecha, aunque, más que a la LOGSE, yo atribuiría esta responsabilidad a la LODE… Y, en efecto, no han diferido demasiado en eso las políticas del PP y las del PSOE (todo esto también está ya analizado, y, en parte, por nosotros o por colegas nuestros: véase, por ejemplo, el excelente artículo de José Mª Rozada: Rozada, J.Mª (2002). Las reformas y lo que está pasando. (De cómo en la educación la democracia encontró su pareja: el mercado). Con-Ciencia Social, nº 6, Sevilla, 15-57. El texto está disponible en http://www.leydecalidad.org/doc/ PONENCIAREFORMAS.doc).

3ª. “…y [para hacer lo anterior] se han arropado de una coraza pseudopedagógica que ha imposibilitado una crítica racional a los desmanes reformistas”. ¡Alto, altoooo! ¿A dónde vamos?... ¿La psicopedagogía de la LOGSE ha servido como coraza para qué?: ¿para justificar el apoyo a la privada y la concertada -de eso estábamos hablando… o me he perdido- o para imposibilitar la crítica a los desmanes reformistas? Si se tratara de esto último, habría que abrir un nuevo punto y empezar por el principio: enumérese el tipo de desmanes, porque a lo mejor se trata de desmanes de la administración –también criticados por nosotros- que poco tengan que ver con la LOGSE y sí mucho con otras posiciones, eso sí, de la política educativa, como por ejemplo el burocratismo absurdo.

- Continúas: “…en vez de erigirse en facilitador de alternativas, el dogmatismo reformista ha impuesto un pensamiento único alejado de las genuinas dificultades que los enseñantes encontramos en las aulas”. Perdón, de nuevo: ¿Tiene esto algo que ver con nuestro Manifiesto? –es necesario de vez en cuando preguntarse esto tan elementa, ¿eh?-; ¿somos nosotros ese pensamiento reformista aplastante?... Pues ni lo habíamos advertido; de ser así, quizás no habría hecho falta que nos metiéramos en este lío del Manifiesto, porque nuestro pensamiento sería dominante, ¿no? O tal vez existe un pensamiento reformista dominante que resulta opresivo en los centros. Pues mira, no había caído en ello; pero quizás baste con darse una vuelta por los centros, por las clases, por los pasillos, por las salas de profesores, por los exámenes, por los deberes, por los libros de texto -sí, por los libros de texto; luego volvemos sobre ello- y constatar el dominio absoluto del pensamiento reformista –o sea, del ideario de la LOGSE, supongo… ¿o de las ideas de nuestro Manifiesto?; ya yo me estoy empezando a liar.

- Y creo que empieza a aparecer el supuesto motivo de sentirte agredido: “Desde el momento en que se demoniza a toda crítica a la indigencia cultural de la mayor parte de nuestra enseñanza como ‘conservadora’, ‘nostálgica del pasado’ y ‘reaccionaria’, es imposible llegar a alguna solución”. ¡Otra vez con la manía persecutoria! Pero ¿quién está “demonizando toda crítica…”? Yo no creo que eso se diga en el Manifiesto; ahora bien, creemos que no basta con decir “todo está mal”, “ya los estudiantes no son como antes”, etc. –ya sabemos que eso se viene diciendo desde las tablillas de Sumer, en la Grecia clásica, en las escuelas monásticas medievales… y a lo largo del siglo XX ni te digo…-, sino que es necesario profundizar en los factores de la actual situación de deterioro de la educación. Oye, y algo intentamos hacer en ese sentido, ¿eh? (con hechos y con palabras; sólo a modo de ejemplo, tres artículos recientes: García, J.E.; García, F.F.; Martín, J. y Porlán, R. (2007): ¿Son incompatibles la escuela y las nuevas pautas culturales? Investigación en la Escuela, 63, 17-28; García Díaz, J.E. ¿Cómo enseñar las ciencias para mejorar los resultados? Cuadernos de Pedagogía, 2008, nº 381, p. 89-92; García, F.F. y De Alba, N. (2008): ¿Puede la escuela del siglo XXI educar a los ciudadanos y ciudadanas del siglo XXI? Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.  Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2008, vol. XII, núm. 270 (122). En: http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-270/sn-270-122.htm). Ahora bien, que algunas posiciones ¿críticas? (de estas que mezclan todo y no proponen nada) son “conservadoras, nostálgicas del pasado y reaccionarias”, pues sí, sí; por ahora lo seguimos sosteniendo.

- Contraargumentas: “Sí es verdad […] que las improvisaciones, los dogmatismos, las equivocaciones y las imposiciones de los responsables de las políticas educativas de nuestro país en los últimos años, han conducido a este impasse de la enseñanza del que nadie sabe, quiere o puede salir”. Pues sí, francamente, creemos que ese es uno de los factores, pero no el único. En otros foros y contextos también hemos destacado esto, pero es que el Manifiesto –porque no puede hablar de “todo” a la vez- pretende responder a determinados tópicos y lugares comunes y sitúa su argumentación en el modelo de enseñanza y en la cultura escolar que se promueve. ¿De qué se nos acusa?... ¿de hacer ese tipo de análisis?, ¿de no analizarlo todo a la vez?, ¿de no estar recordando continuamente que estamos contra la administración, sea del PSOE o del PP?...

 - Y continúas: “No son sólo políticas ‘progresistas’ las responsables del desaguisado, porque también los gobiernos del PP han asumido el modelo, continuando las políticas del PSOE”. Aquí me vuelvo a perder: yo creía que era al revés, que los del PSOE habían terminado siguiendo las políticas neoliberales de la derecha triunfante de los años 80 del siglo pasado –en lo que sí que estoy de acuerdo; me remito de nuevo al lúcido artículo de Rozada-; pero resulta que no, que el principio del mal estuvo en las políticas “progresistas”: ¡vaya…!

- Y ahora entramos en un tramo del antimanifiesto en el que no quiero ni meterme: ¡pobres de todos aquellos que lo han firmado!: Gimeno, Coll, Pozo, Mayor Zaragoza, Ecologistas en Acción, la CGT… Por favor, por favor, concédaseles el beneficio de la duda, sobre todo porque no forman una banda –como la banda de los cuatro… o de los seis- sino que cada uno es de su padre y de su madre –un ministro de Franco, que no puede ser absuelto de su estigma, a pesar de lo que es y representa desde hace mucho tiempo; un par de psicólogos constructivistas; un pedagogo crítico que tuvo la mala suerte de coincidir en alguna reuniones con los constructivistas; unos descarriados ecologistas, unos izquierdistas cegetistas que han perdido el norte; en fin…-; así que, señor juez, no parece posible demostrar la existencia de conspiración alguna, pero castígueseles individualmente, por favor. Pasemos de puntillas por esta parte, por favor. Porque, además, no vamos ahora a pagar el pato de que a mucha gente les parezca bien las ideas del Manifiesto, cayendo así sobre nosotros todo el peso estigmatizante de los firmantes ¿no? Más valdría entrar al análisis de lo que dice el Manifiesto y así salimos de dudas. Cada cual ea responsable de lo que escribe y de lo que firma como adhesión.

- Más concretamente, dices [cuestionando la firma de Ecologistas en Acción]: “¿No había puesto de manifiesto y denunciado Ecologistas en Acción el ‘curriculum oculto’ de la mayoría de los libros de texto como antiecológico? ¿No abrazan todos estos libros la filosofía y metodología logsiana?”. Respuesta a la 1ª pregunta: Sí (por cierto, excelente análisis, que utilizamos, por supuesto en nuestras clases; puede verse en: Ecologistas en Acción. Comisión de Educación Ecológica (2006): Estudio del currículum oculto antiecológico de los libros de texto. (Versión reducida). Madrid: Ecologistas en Acción. 185 pp. Accesible en: http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/Informe_curriculum.pdf). Respuesta a la 2ª pregunta: No, no, no, no… y mil veces no. ¿De verdad cree alguien que los actuales libros de texto, para bien o para mal, siguen “la filosofía y metodología logsiana”? (por cierto, ¿cuál será, a estas alturas, “la filosofía y metodología logsiana”?, ¿es la que defiende también el Manifiesto?; se me agolpan las dudas y me atenaza la confusión).

- Entras -y me alegro- en tu posicionamiento personal: “Llevo más de 30 años dando clases en Secundaria y no me reconozco en el ‘modelo de enseñanza tradicional’ al que me envía el manifiesto, siendo crítico y debelador de las miserias de la escuela actual”. Tranquilo, compañero; como te decía al comienzo, no entiendo que te sientas agredido: ¿quién te expulsa ahí, a las tinieblas exteriores de ese modelo?; ¿te sientes desterrado por ser crítico con la escuela? Tranquilo, ya te hemos dicho que no somos conscientes de llamar “conservadores, nostálgicos del pasado y reaccionarios” a “todos” los que critican la situación educativa; es más, nosotros en el Manifiesto intentamos hacer una crítica de la situación educativa también ¿no? Si eres “crítico y debelador de las miserias de la escuela actual”, creo que estaremos del mismo lado; pero para nosotros es imprescindible empezar de inmediato a analizar dónde están las claves de esas llamadas “miserias”… Y ya no sé si ahí coincidiremos; pero todo es cuestión de hablarlo, con datos, con razonamientos, con teorías incluso.

- Además, dejas bien claro: “Nunca he defendido que la transmisión de conocimientos sea el objetivo fundamental de nuestra labor; nunca he menospreciado el bagaje y capacitación pedagógicos; nunca he renunciado a la enseñanza individualizada y superadora de diferencias”. Magnífico, magnífico; ahí intentamos estar nosotros también. Y añades: “Pero me he rebelado contra los principios seudopedagógicos que están arruinando nuestra enseñanza y, todavía peor, impidiendo que pueda salir del marasmo y del desastre en que se encuentra sumida. Una orientación psicopedagógica que condena a los profesores y alumnos de secundaria a la indigencia intelectual…”. Por partes, por partes, por favor, que nos liamos otra vez: ¿cuáles son esos principios pseudopedagógicos a los que te refieres? Porque a lo mejor coincidimos en estar en contra de ellos, aunque me resulta difícil identificarlos, sinceramente, porque ni son los principios tradicionales (por ejemplo, empiezas diciendo: “Nunca he defendido que la transmisión de conocimientos sea el objetivo fundamental de nuestra labor…”) ni son tampoco aquellos por los que tú te guías: “nunca he menospreciado el bagaje y capacitación pedagógicos; nunca he renunciado a la enseñanza individualizada y superadora de diferencias…”); ¿cuáles son, entonces, por favor?, porque es necesario identificar rápidamente esa entelequia seudopedagógica maligna y retirarla de su papel dominante en la escuela actual. Das una pista, la verdad, pero algo vaga, de nuevo: “Una orientación psicopedagógica que condena a los profesores y alumnos de secundaria a la indigencia intelectual”; pues ¡hala, a buscar esa orientación! [y aquí, entre nosotros, no utilices a José Luis Pardo –en su artículo de 10 de noviembre de 2008 en “El País”- como argumento; no me vale mucho, ¿sabes?; ya tú mismo dices más claro y contundente lo que decía Pardo en su artículo con innecesarios adornos; y una clave para entender al lúcido J.L. Pardo: en esa época estaba simplemente muy enfadado porque, ante la aparición en escena del Máster de Formación del Profesorado de Secundaria, la Facultad de Filosofía de la Complutense (y otras Facultades de disciplinas tradicionales) perdían -¡ay!- su clientela potencial, pues los recién graduados acudirían, lógicamente, a ese Máster en detrimento de otros másteres que quieren poner en marcha las diversas facultades; pero eso son guerrillas gremiales, revestidas, eso sí, de argumentos muy ruidosos, pero muy genéricos, muy vagos, de verdad… Nosotros a nuestro debate].

- Y vuelve el argumento de la escuela pública (encantados por nuestra parte): “Una reforma que, intencionadamente o no, ha privilegiado a la enseñanza privada y condenado a la segunda división a la enseñanza pública, debe ser criticada sin ambages por toda persona que mantenga su sensibilidad de izquierdas”. Ahí, ahí estamos; ¿alguien lo duda?, ¿hacen dudar de ello nuestros escritos o nuestros propios currículos vitales y profesionales?...; incluso en el Manifiesto se dice… pero, claro, hay que leerlo para darse cuenta.

- A vueltas con los males provocados por la LOGSE -¿pero y qué se ha hecho del análisis de nuestro Manifiesto?-: “La hibernación cuando no la eliminación de los elementos más avanzados de la Logse (la atención a la diversidad, la optatividad, la transversalidad, la enseñanza en valores), unidas al clima de desmotivación e indisciplina en las aulas, han generado entre el profesorado un ambiente de frustración e impotencia muy preocupante”. Por partes, por partes, otra vez, por favor. ¿Que “la  hibernación cuando no la eliminación de los elementos más avanzados de la Logse (la atención a la diversidad, la optatividad, la transversalidad, la enseñanza en valores)…” ha sido algo nefasto? No hay más que hablar; lo firmamos y afirmamos; incluso se dice en el Manifiesto. ¿Qué a eso se une el “clima de desmotivación e indisciplina en las aulas” y que las dos cosas juntas “han generado entre el profesorado un ambiente de frustración e impotencia muy preocupante”? Bueno, bueno, la cosa se pone interesante: o sea, ¿Que la LOGSE tenía cosas buenas… y que si se hubieran aplicado habría un ambiente mejor entre el profesorado? Vaya, ¡qué bueno saberlo!; ya tenemos aquí el 50% de las causas (lo que pasa es que me entra una dudilla, porque antes se ha abominado de los principios pseudopedagógicos de la LOGSE, que, claro, no deben tener nada que ver con los que tú citas: “la atención a la diversidad, la optatividad, la transversalidad, la enseñanza en valores”; sigo sin identificar esos principios que, desde hace líneas, estoy buscando. Y luego el otro 50%: “el clima de desmotivación e indisciplina en las aulas”: ¿De quién será la culpa –aparte de ser de la LOGSE … y de quienes apoyan el Manifiesto, claro. Pues es un grave problema, francamente; y creemos que no se arregla con pequeños retoques ¿eh? Por eso en el Manifiesto intentamos analizar algunas causas de la situación y avanzar hacia propuestas en positivo: hay que transformar el modelo de centro (esa arquitectura escolar que parece más bien carcelaria), la estructura absurda y compartimentada de horarios, el tipo de currículum fragmentado y academicista… -¿a que sí estamos de acuerdo en esto?-; y así, probablemente, además de aprender más el alumnado, casi seguro que habría menos problemas de indisciplina.

- Y ahora le toca a la Universidad: “La reforma del ‘Espacio Universitario de Bolonia’, además de prolongar los errores de la enseñanza secundaria, deja a la institución universitaria a merced de los financiadores, sean empresas, fundaciones o administraciones”. No sé si Bolonia prolonga en la universidad los errores de la enseñanza secundaria; me tendrías que decir cuáles son para ti los actuales errores de la enseñanza secundaria y los actuales errores de la enseñanza universitaria, y yo te diría cuáles son para mí; en mi opinión, en ambas sigue prevaleciendo, desde hace mucho, mucho tiempo, el mismo modelo verbalista, autoritario, academicista, desconectado de los problemas reales… Bolonia no es la solución, desde luego –en eso coincidimos; la Red IRES se opone a Bolonia-, sino más bien una vuelta de tuerca más en la entrada de la lógica del mercado en la universidad, sin que, por lo demás, vaya a arreglar el modelo de enseñanza existente. Pero no nos engañemos, también hay mucho que desenmascarar entre el conglomerado de resistentes a Bolonia; por nuestra parte, te aseguro que sabemos por qué no nos gusta, como también sabemos por qué no nos gusta la actual universidad.

- Y, por fin,recalando en el puerto más frecuentado: “Erigir una corriente pedagógica, el ‘constructivismo’ en dogma de fe, en artificio doctrinario y convertir a los orientadores psicopedagógicos en nuevos comisarios políticos, hacen realmente asfixiante el clima en los centros de enseñanza”. Ante todo, no creo que sea muy acertado atacar al colectivo de compañeros orientadores dando por hecho que los han convertido en “nuevos comisarios políticos”; un poco de calma, compañero; ¿se han dejado ellos convertir en eso?, ¿todos son comisarios políticos?, ¿lo son sólo los que siguen las orientaciones de la administración?, ¿lo son los que militan en la LOGSE?; ¿lo son los que firman el Manifiesto y lo difunden?... Respecto a que el constructivismo es un dogma de fe asfixiante en los centros, francamente, compañero, debes de haber caído en un centro extraño; me gustaría ver esa rara especie de centro “asfixiado por el constructivismo” (sic). Por lo demás, hablar con tranquilidad de las perspectivas constructivistas como teoría del aprendizaje, de la teoría crítica como referencia para entender la escuela y actuar en ella y de la perspectiva de la complejidad como teoría interpretativa de los sistemas educativos en el marco social, es algo que merece que se haga despacio. Hemos intentado trabajar y casar las tres perspectivas en nuestro modelo, dentro del IRES, y nos interesa mucho la discusión, pero en serio, ¿eh?, y con rigor, no con tópicos y lemas al uso (podemos empezar por una aproximación divulgativa a los estudios en que hemos abordado estos temas, a los que hemos dedicado bastante tiempo y trabajo: García, F.F. (2000): Un modelo didáctico alternativo para transformar la educación: el Modelo de Investigación en la Escuela. Scripta Nova, nº 64 (15 de mayo de 2000), 19 pp. En http://www.ub.es/geocrit/sn-64.htm). En lo que sí estoy de acuerdo es en que resulta un sinsentido cuando “lo que debió ser un conjunto de principios orientadores se transforma en principios fundamentales, a los que continuadamente hay que expresar lealtad”; aunque esto de jurar lealtad, de verdad que me cuesta trabajo entender que se dé mucho…; y, si se da, debería denunciarse ¿no?

- Dices, abundando en esta vía: “Es inaceptable la comparación entre la jerigonza de los psicopedagogos del constructivismo (y del neoanalfabetismo) de la LOGSE (‘afianza las habilidades perceptivo-motrices para lograr una imagen ajustada de las propias posibilidades’) y conceptos científicos perfectamente verificables”. Comprendo que es bastante fácil hacer chistes sobre la “jerigonza constructivista” en que se ha convertido la interpretación escolar rutinaria del constructivismo, es decir, lo que nosotros hemos llamado en algunas investigaciones "constructivismo aparente". Y es verdad esa degeneración; pero ¿de quién es la responsabilidad?, ¿de quiénes hemos intentado trabajar a fondo en la elaboración de un modelo didáctico, como acabo de decir antes? De todas formas, me parece que por ese camino nos alejamos ya totalmente de por donde empezamos la conversación -te recuerdo que era, o debería ser, sobre el contenido del Manifiesto. Por lo demás, me resulta chocante lo de esos “conceptos científicos perfectamente verificables”, pero lo pensaré.

- Y pretendes cerrar diciendo que nosotros “cerramos”: “El manifiesto no abre ningún debate, sino que lo intenta cerrar, no identifica a los verdaderos causantes del desastre educativo, sino que los camufla, se erige en poseedor de las esencias reformistas, anatematizando a los disidentes no logsianos, y finalmente escamotea las auténticas alternativas a la indigencia cultural de la enseñanza actual, que son el respeto, el compromiso, la exigencia, la responsabilidad y la equidad”. Pues mira, acabaré yo rápido también. La respuesta a todas esas afirmaciones es implemente NO. He pretendido razonarlo a lo largo de esta carta. Una simple prueba de que el Manifiesto ha pretendido promover un debate sobre las realidades educativas es precisamente que provoque respuestas contrarias, como la tuya, si bien el intento de que dicho debate sea más complejo quizás tarde en tomar cuerpo.

- Y no nos machaques con esa frase final -“De todas las ciencias, la más propensa a caer en el pozo seudocientífico es la psicología”- de Bunge –un tipo interesante, desde luego, pero que no sé si a estas alturas sería el mejor epistemólogo de cabecera. No hay que estrujarse mucho el cerebro para entender que va en la misma línea de identificación LOGSE-Psicología-Pedagogía-Manifiesto… (terminamos con el mismo confusionismo con que empezábamos). En todo caso, se la hacemos llegar a nuestros colegas psicólogos, que algunos hay también en este amplio colectivo, para que la piensen.

Con la mejor intención de debate, te saluda atentamente
Paco García. Red IRES

Solo me gustaria enfatizar la necesidad de que Daniel y el colectivo de profesores del instituto de andalucia pudiesen dialogar con este colectivo. Insisto en que importa mas acercarnos que separarnos. Que pueda Daniel compartir este dialogo, y aprender de todos, entre todos. Slds

Lourdes

Daniel, todos, al ver situaciones como esta, siempre pienso que es mas importante humanamente analizar primero las semejanzas que las diferencias. Es una actitud que contribuye a la busqueda de soluciones, a aunar esfuerzos, a integrarnos pero lamentablemente no se practica como se necesita. A tono con lo que Pepa y Manuel comentan estoy segura que hay muchos mas puntos de vista comunes entre Daniel y el Manifiesto, que puntos discordantes. Es una verdadera lastima que en lugar de acercarnos y analizar lo que nos une, vayamos a ver diferencias y distancias donde quizas no las haya. Por aqui tiene que empezar el esfuerzo, en acercarnos, amen de diferencias no esenciales sobre un fenomeno, en formar grupo, en llegar a acuerdos y no a criticas que poco contribuyen a lograr lo que queremos todos. Espero que lleguemos a ese dialogo, el mismo que se supone debemos llegar entre profesores y alumnos. Pero con estos ejemplos de discrepancias a priori, lo tenemos dificil. Porque no puede enseñarse lo que no practicamos. Me alegraria por Daniel y por todos nosotros, los que queremos una educacion nueva y democratica.
Abrazo
pd me alegraria que Daniel tambien nos leyera.

Hola Daniel,
Soy una compañera que forma parte de la redIRES y que ha promovido la divulgación del manifiesto “No es verdad”.
Me decido a escribirte porque he podido ver –internet es un libro abierto- que tenemos muchas cosas en común (ambos hemos reflexionado sobre  el decrecimiento, soy profesora de Biología y Geología de secundaria, formo parte de Ecologistes en Acció del País Valencià…). La cuestión es que siento que no has entendido lo que queríamos decir y, que presupones algunas cosas de nuestra red Ires que no son ciertas.
Sin ánimo de ser redundante, quisiera explicártelas, sobre todo porque veo que compartimos una misma idea del mundo y me parece una pena que nos veas como parte del “juego de la administración”.

Nosotr@s no decimos en ningún momento que criticar la devastación de la enseñanza sea defender el modelo tradicional, sino que explicamos nuestra postura:  además de protestar por el estado actual de la enseñanza intentamos poner en marcha un modelo didáctico diferente que no reproduzca el autoritarismo social dominante y que aporte una visión crítica. (Por ejemplo el grupo del que formo parte, la Illeta de la redIRES, no ha faltado a ninguna de las movilizaciones por la defensa de la enseñanza pública en el País Valencià, y además algunos de los profesores estamos en los centros donde más resistencia ha habido este año. -Ver http://www.redires.net/?q=node/409 ).

Por lo que nos cuentas, tú también tienes en tu horizonte un modelo de enseñanza crítico, y de ello concluyo que viajamos en el mismo barco y que quizá los prejuicios hayan impedido un mayor entendimiento.

No se si te has pasado por nuestra página para ver nuestras propuestas y nuestras luchas (ver http://www.redires.net/?q=que_pensamos), porque no me siento nada identificada con eso del “dogmatismo reformista”, aunque quizá el manifiesto tenga un tono que a algunas personas les produzca rechazo  (Ver polémicas surgidas en torno al manifiesto en: http://www.redires.net/?q=node/353 y  en http://www.redires.net/?q=node/412 ). En estos enlaces explicamos de donde surge la necesidad del manifiesto, y la discusión surgida. Las propuestas y las críticas son aceptadas y, en la medida de lo posible, contestadas para enriquecer el debate.

Creo que es importante que sepas que no somos responsables de ninguna política educativa, sino profesores “de a pie” de infantil, primaria, secundaria y universidad que, además de luchar por la enseñanza pública, intentamos cambiar nuestra forma de dar las clases para ser coherentes con nuestra forma de ver el mundo.
Nuestro modelo didáctico se basa en el constructivismo, como también en la teoría crítica y en una visión sistémica.
Nuestra metodología no defiende en absoluto el uso del libro de texto como herramienta monolítica en las clases y coincidimos contigo en que estos libros son herramientas del sistema para hacer ciudadanos sumisos. Por ello nosotr@s proponemos trabajar con materiales variados, lo más críticos posible y siempre que podemos utilizamos biblioteca de aula en nuestras clases. (ver propuesta biblioteca de aula en http://www.ua.es/personal/fernando.ballenilla/Estiba_mercancias.html )

En lo que si observo diferencias es en mi manera –hablo ahora a título personal- de percibir la situación actual de la enseñanza. Llevo 20 años trabajando con adolescentes, empecé trabajando en la antigua FP (la formación profesional recogía entonces a los alumn@s más problemáticos) y después en Secundaria, y no he percibido esa degradación de las aulas que muchos señalan, el ambiente de indisciplina y falta de motivación era entonces, con matices distintos, similar al de ahora: desde mi punto de vista, un reflejo de la sociedad en que vivimos. Aspecto que desde luego hay que abordar desde todos los ámbitos, la ordenación del sistema académico, los recursos materiales y humanos, nuestras prácticas educativas...

No se como puede ser la LOGSE culpable de tantas cosas cuando ya han venido después la LOCE,  la LOE… Pero bueno, quizá eso sea lo de menos, de lo que expones deduzco que defendemos el mismo modelo de escuela: pública con recursos y de calidad, crítica, no mercantilizada… y no acabo de ver porque esa acusación de pseudocientíficos o de “hacer del constructivismo “una doctrina de pensamiento único”.
En esta difícil tarea de educar son importantes unas bases teóricas, como tu mismo señalas, constituyen nuestro bagaje: la psicología, la pedagogía y la didáctica son las ciencias que hacen aportaciones relevantes que deben ser conocidas por todos los que trabajamos en la enseñanza.

Para mi encontrar la redIRES fue una balón de oxígeno, saber que no estaba sola en mi forma de ver la escuela, poder compartir dudas y malos momentos, intercambiar recursos e información para mis clases, formarme a nivel didáctico y pedagógico, conocer a personas de otros niveles educativos que se plantean también una enseñanza crítica. La Red IRES me aporta cada día un referente didáctico para poder nadar contracorriente en mi centro educativo sin sucumbir al modelo dominante.
Éste uno de los motivos  que da sentido a la publicación del manifiesto, contactar con personas que quieran implicarse en este proceso de criticar la escuela actual y construir entre tod@s una escuela diferente.

Pepa Gisbert

Una escuela con perspectiva ecosocial

La escuela que proponemos

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