Aulas desiertas


Frenando - Posted on 05 October 2009

“[…] hay que ofrecer a la siguiente generación lo que sabemos, transmitirles nuestros conocimientos y habilidades, con la mayor amabilidad posible, evitando a toda costa actitudes represoras e intransigentes, para que se aprenda el placer del aprendizaje y los conocimientos, el gusto por la atmósfera agradable y no el modelo disciplinar. Si pretendes que los jóvenes aprendan la responsabilidad, el respeto y el trabajo bien hecho, no puedes más que hacerlo tú y esperar que te sigan, jamás crear la obligación, en todo caso el compromiso”

Entrevista a la filósofa Concha Fernández Martorell y nota final de la psicóloga Rosa Cañadell en el Viejo Topo.

La autora entrevistada dice del constructivismo:

Ciertamente es una teoría útil para pensar el proceso de asimilación de conocimiento, incluso es una forma razonable de explicar el modo como encajamos la información, construyendo esquemas y estructuras en nuestra mente. Pero al definirse como verdad aideológica, al reducir todo el saber a la forma constructivista y al reconvertir todos los conocimientos en “contenidos altamente estructurados”, se convierte de inmediato en una opción ideológica que, por su aspiración a la objetividad, oculta, precisamente, su carácter regulador.

Desde mi punto de vista, los aspectos más cuestionables podrían resumirse en los siguientes:

  1. El hecho de que la mente construye los conocimientos, lo cual es sólo una forma de hablar de algo tan oscuro como el aprendizaje, no significa que los conocimientos haya que imponerlos ya construidos, encapsulados en formatos, pues se pierde el carácter heterogéneo y múltiple de los conocimientos y elimina la tarea del profesor.

  2. Las técnicas constructivistas, muy ligadas a la informática, persiguen los resultados y llevan al usuario hacia él, lo cual es muy discutible en el aprendizaje.

  3. El constructivismo centró su estudio en la actividad mental y el desarrollo del niño, como si éste viviera aislado de un contexto social y afectivo. Cuando sabemos muy bien, hay estudios serios que así lo afirman, que el contexto familiar, cultural y económico social del niño condiciona hasta el 85% su éxito escolar".

Para mi la descripción que hace del mismo no es coherente con mi concepto de constructivismo. Esa descripción más bien encaja con lo que aquí llamamos modelos tecnológicos, que tienen mucho de conductismo, aunque se envuelvan con un lenguaje constructivista. Por otra parte la crítica que realiza  de ese modelo me parece muy pertinente (hecha la salvedad del nombre con que lo designa).

En otro lugar de la entrevista la autora describe lo que desde su punto de vista son buenas prácticas en la enseñanza secundaria:

"Me quejo de este absurdo, parece como si se pretendiera corregir en los niños comportamientos que hay en los adultos y en las propias políticas económicas y sociales. No solo es absurdo, es realmente una perversión. Yo propongo favorecer un clima de justicia, de crítica, de respeto, de libertad y de responsabilidad que debe comenzar por los adultos que rodean al joven, en este caso en los centros educativos. Fomentar el comportamiento respetuoso y la creatividad no repitiéndolo hasta la saciedad sino haciéndolo con los propios jóvenes y cuando ellos perciben que sus mayores hacen las cosas para ellos, de manera sincera y sin pedir nada a cambio, son siempre agradecidos, como decía Rousseau, responden siempre bien. Esta es, para mí, la única utopía que creo que hay que trasladar al aula, crear un buen ambiente de respeto y comprensión, de normas adecuadas a la convivencia y hacerles comprender su necesidad con el diálogo. Esta forma de actuar no suele fallar.
(...)
se pueden hacer muchas cosas en el entorno educativo actual, aun con todos los problemas, lo que se quiere negar. Hay que crear espacios en los que los jóvenes se puedan expresar libremente, disponer entornos que favorezcan la creatividad y, por parte de los adultos, propiciar estas situaciones; sin duda cuando el profesor tiene la voluntad de poner en marcha proyectos, los alumnos le siguen con asombrosa facilidad. El problema es que no se ha diseñado un marco teórico para este tipo de prácticas, porque quienes las llevan a cabo son los propios profesores y a ellos nunca se les ha dejado hablar.
(...)
Durante cuatro años, pedí que me asignaran la misma aula para ocuparla con todos los grupos a mi cargo. Animaba a los alumnos a que aportaran trabajos propios, recortes de prensa, informaciones de internet; les invitaba a que relacionaran elementos culturales diversos, que los pusieran en juego, que trataran de visualizar ideas o escribir sobre cosas que les interesaran. Quise crear ese espacio con el objetivo de despertar en ellos el interés por la cultura, la proximidad hacia las creaciones de grandes o menores autores, impulsar el análisis crítico y la conciencia de que ellos forman parte de ese gran relato, que pueden tomar posesión de él y crear a su vez. El interés de los alumnos era enorme y participaban aportando materiales muy diversos. Tras estos cuatro años, no pude continuar, el director me dijo que no me podía seguir asignando el aula."

Pues bien, esta descripción de buenas prácticas, es para mi, es una excelente y asumible descripción de una dinámica de aula constructivista. La autora realmente esta describiendo un aula en la que son los alumnos/as los que están construyendo su conocimiento (eso es en definitiva el constructivismo), y desarrollando su madurez, con la orientación y el apoyo de una excelente profesora.

 

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